Rubén Felgaer
Una carrera construída a pulmón.


Felgaer logró el mejor resultado de su carrera
Rubén Felgaer no tiene computadora portatil para llevar a los torneos, ni beca de la Secretaría de Deportes, que le había prometido una luego de coronarse campeón mundial por equipo junto a Gastón Varela. Sin embargo, este hincha de River de 20 años que vive en Almagro, sabe desde hace diez años —cuando comenzó a jugar al ajedrez en Hebraica— lo que es el esfuerzo. Y le agregó talento, por supuesto. Por eso ayer, cuando el ex campeón mundial ruso Anatoly Karpov le estrechó la mano para sellar el empate en la tercera ronda del Magistral Najdorf, el Pájaro consiguió el resultado más importante de su carrera. Una carrera que está construyendo a pulmón.
Felgaer elige sus palabras de la misma manera que lo hizo con la teoría para enfrentar a una de las leyendas del ajedrez. Por eso dice "le jugué la única línea con la cual no ganó tantas partidas y tuve suerte". También analizó lo que significa jugar sin apoyo: "el estadounidense que terminó segundo en el Panamericano juvenil que gané, recibe 30 mil dólares por año y yo tengo que invertir lo que gano en los torneos o esperar que me ayude mi familia y el club donde juego". Mientras firma autógrafos y recibe la felicitación de su mamá Analía y su papá Ricardo (su hermano mayor Pablo lo siguió por Internet), el maestro internacional argentino se está rompiendo la cabeza para saber como pagará su pasaje al Mundial, en Moscú.
MARCELO MALLER
Diario Clarin 07/09/2001


Con 70 años, Korchnoi se impuso al argentino Felgaer, de 20
Quedó demostrado que la experiencia que regalan los años sobre las 64 casillas del tablero no se encuentra en los libros. La expectación que despertó ayer la segunda rueda del XII Magistral Najdorf con el choque generacional entre el juvenil argentino Rubén Felgaer, de 20 años, y el veterano maestro suizo Viktor Korchnoi, de 70, tuvo distintas alternativas.
Es que hace 20 años, cuando nacía Felgaer en el barrio de Almagro, en Merano, Italia, el exiliado ruso, por entonces con medio siglo de vida, por segunda vez consecutiva lograba el subcampeonato mundial, tras ser derrotado nuevamente por el ruso Karpov.
No en vano las 400 partidas que conforman el historial del argentino con el ajedrez son sólo el 10% del total de las batallas libradas por Korchnoi desde hace 60 años.
Pese a este panorama, Felgaer optó por una partida de lucha, con entrega de un peón incluido.
El público, eufórico, que seguía el juego desde los monitores en el patio de comidas del Shopping Abasto o los que, en silencio, contemplaban en vivo los movimientos desde el salón de juego en el Auditorio del Museo de los Niños del centro comercial, disfrutaban con los gestos que Korchnoi regalaba en cada jugada. Si hasta Karpov y Polgar, que caminaban por el escenario mientras aguardaban las respuestas de sus rivales -Short y Milos-, se asombraron del coraje de Felgaer y advertían el fastidio del más viejo.
Una imprecisión de Rubén definió el juego en favor de Korchnoi. Siguió, pese a todo, hasta que no tuvo más defensa. Allí extendió la mano al rival; lo felicitó y le pidió analizar juntos la partida.
La experiencia para el más joven hubiera sido valiosísima. Sin embargo, Korchnoi lo frenó. "No vale la pena hacer el análisis. Pero sí te digo que nunca sacrifiques piezas con un gran maestro".
Felgaer apenas sonrió, pero se retiró conforme con su desempeño; probablemente, las palabras del veterano maestro no las olvidará así nomás. Tampoco, que durante tres horas había estado dando pelea en el tablero.
Por Carlos A. Ilardo
De la Redacción de LA NACION 06/09/2001.