IMPA
LA FABRICA
Ciudad Cultural

De sus laminadoras salieron los fuselajes plateados de los Pulqui 1 y 2, los primeros y últimos aviones a reacción que se fabricaron en América Latina. Las bicicletas que Evita repartía tenían bajo el manubrio, en la parte delantera del cuadro, un escudo con las iniciales de Industrias Metalúrgicas y Plásticas Argentinas muy estiradas; a mucha gente de mediana edad IMPA le suena a marca de bicicleta. Había sido fundada por alemanes en 1920 e inició la laminación de aluminio en el país, durante la década del 30. En 1946 participó de la nacionalización en masa de tras la guerra, y en 1948 Juan Domingo Perón la reunió con las demás empresas de ese origen en la Dirección Nacional de Industrias del Estado. Pero cuando la Revolución Libertadora permitió a los alemanes recomprarlas, ellos seleccionaron sólo las más pujantes: Hoesch, Bayer, Crisoldine. IMPA reunía todavía tres mil operarios en tres plantas: su primer casco, el que hoy sobrevive, la actual Escuela de Aeronáutica de Quilmes y una tercera base en Ciudad ela. En 1961, Arturo Frondizi la forzó a cooperativizarse. La UOM y sus trabajadores resistieron la orfandad del Estado hasta que quedó claro que la opción era cooperativa o cierre.

Tuvo opción a una gran apuesta más, en 1971, cuando Lanusse licitó la construcción de ALUAR en Trelew. El grupo económico encabezado por FATE resultó más fuerte, se alzó con la planta de elaboración de lingotes de mineral, e IMPA acabó por ser su primer cliente. Desde entonces, la fábrica de Almagro, entre Rawson, Querandíes, Pringles y las vías del Ferrocarril Sarmiento decayó suavemente y el barrio a su alrededor un poco más rápido. Todavía trabajaban 500 personas allí cuando se desató el "Tequila", en 1995. En diciembre de 1997, entró en concurso de acreedores. La quiebra y el cierre definitivo se esperaban para mayo de 1998. En enero sólo quedaban 50 trabajadores acti vos, pero los cien cesantes de hecho más recientes se negaron a aceptar la situación, y junto a los pocos activos reaccionaron contra el Consejo de Administración y la gerencia general de la Cooperativa, a quienes acusaron de vaciar los restos de la fábrica. En una asamblea que hoy recuerdan histórica lo remplazaron. Oracio Campos (sin hache), uno de los que ya estaban afuera, resultó electo presidente.

El viernes 8 del último diciembre, Campos recordó esa humilde gesta de recuperación en el acto en que se bautizó al comedor de los trabajadores "Azucena Villaflor de Devicenti", por la desaparecida fundadora de las Madres de Plaza de Mayo, que también fue obrera y delegada metalúrgica. A sus espaldas se desplegaban las maquetas del proyecto de "Parque de la Memoria", del gobierno de la ciudad, y las de las ocho esculturas monumentales que ganaron el concurso internacional para integrarlo. Entre doscientos asistentes, casi todos representantes de organizaciones de derechos humanos, sociales y vecinales, se mezclaban las impresionantes esculturas de resina y ropa de Roberto Fernández: la del grupo Niúmisin, que imitan con fidelidad y en tamaño natural hombres recién detenidos, con las manos contra la pared, sentados o acostados en el suelo, con las camperas sobre las cabezas.

Porque los viernes y sábados, más algún otro día de la semana, la cortada se llena ahora de gente: desde el año pasado, "La Fábrica, Ciudad Cultural" se está convirtiendo en un fenómeno de reunión de arte under, talleres y espectáculos populares. El público se mueve casi por sí mismo, apenas guiado por algunos miembros de la cooperativa, y desemboca, en cualquiera de los tres pisos, en jaulones y recodos de las naves en los que pasa algo: una obra de teatro, una sesión de saxos, una espectáculo montado en base a tango y otro de fileteado, una representación sobre trapecios. Aunque la mayor parte de la transformación de aluminio se realiza de mañana, es posible que algunas de las grandes laminadoras, hornos o guillotinas estén funcionando en ese mismo momento, según las exigencias de entrega. IMPA fabrica ahora vajilla descartable, pomos para dentíficos y pomadas y envolturas de golosinas, exclusivamente con base en aluminio reciclado. Tras pactar con sus acreedores una mora de diez años con tres más de gracia, se recobró a los últimos cesantes: 148 personas que cobran salarios iguales. Guillermo Robledo, gerente de la cooperativa, señala que sin siquiera renovar maquinaria, sólo con base en capital de giro se podrían habilitar otros 70 puestos de trabajo, "...pero mientras los acreedores nos conceden un período amplio, el Banco Central puede mantenernos en categoría 5 (no sujeto de crédito) todo ese tiempo. Es irracional, en términos de una política de PyMEs, como es irracional que los servicios facturen mensual o bimensualmente mientras las cadenas de pago se mantienen en 120 días".

El proceso que llevó a que en las entrañas de la derrengada IMPA naciera La Fábrica se inició casi por casualidad y se multiplica en consecuencias imprevistas: da vida a un punto entristecido de la Capital, cobija a artistas tan víctimas de la depresión como sus anfitriones. De yapa, crea un extraño clima estético con galerías de tramos oscuros y repentinos reflejos en las candilejas: por lograr algo parecido más de un director de escena daría una mano.

En noviembre del 98, a Robledo y a Eduardo Murúa, jefe de asociados, se les ocurrió ofrecer un ciclo de conferencias de Orlando Borrego, compañero del Che Guevara en Sierra Maestra; estaba dirigido a los trabajadores, pero contó con alumnos universitarios entre el público, a partir de la relación con centros de estudiantes forjada en el período de lucha por la puesta en funcionamiento. En mayo del 99, una serie de espectáculos con murgas y artistas callejeros sirvió para conmemorar el 25 aniversario de la muerte de Arturo Jauretche. En octubre, la Dirección de Cultura de la Ciudad de Jorge Telerman auspició la muestra "Todo lo que reluce es oro" Entre ambas fechas, la producción cultural se sistematizó por sus propios medios, y La Fábrica se estableció como nombre habitual en las secciones de espectáculos. Hoy conviven o se alternan allí 25 actividades diferentes. En el 2001, será sede del Festival Internacional de Cine de Buenos Aires. En parte estrategia de sobrevivencia, en parte concepción ideológica, la fábrica-centro cultural dice algo complejo y diferente sobre la sociedad.

Fuente: Diario Clarín (Domingo 17 de Diciembre de 2000)